Ayer me pasé todo el día en la cocina preparando la tarta de Pocoyó que me habían encargado. Y no solo eso, también me encargaron una docena de cupcakes decorados. En resumen, no paré ni un segundo (solo para comer), y acabé rendida. Mis últimas palabras del día fueron: «HASTA EL LUNES NO QUIERO VOLVER A MIRAR EL FONDANT». (más…)