Esta receta es muy socorrida para una cena con niños, o como entrante cuando tengo invitados. De todas las quiché que he preparado hasta ahora, esta es la versión más clásica ya que lleva bacon y queso. He preparado una Quiché Lorraine.
Realmente las combinaciones para el relleno de una quiché son casi ilimitadas. Yo he preparado ya unas cuantas, por ejemplo, de pollo tikka masala, de brócoli y gorgonzola, de ahumados, marinera, mousaka, de setas y grana padano, de pisto, de ricotta y verduras asadas, de jamón y queso,…..
En cualquier caso, la versión clásica es deliciosa y muy rápida de preparar. Seguro que os gusta.
- 1 lámina de masa quebrada (comprada o casera)
- 6 huevos M
- 300 ml leche evaporada (o nata líquida para cocinar)
- sal y pimienta
- 1 cebolla grande (triturada o picada bien fina)
- Aceite de oliva
- 180 g bacon ahumado (troceado)
- 100 g jamón york (troceado)
- 100 g queso emmental (rallado)
- 50 g queso Grana Padano (rallado)
- Cubrir un molde redondo de 30 cm de diámetro con una lámina de masa quebrada, poner encima papel de horno y un puñado de garbanzos secos. Hornear a 180ºC durante 10 minutos, hasta que los bordes estén ligeramente dorados. El peso de los garbanzos impedirá que la masa suba. Retirar los garbanzos.
- Sobre la masa quebrada extendemos la cebolla pochada y echamos encima el bacon y el jamón york. Cubrimos con la mezcla de huevos y leche evaporada y esparcimos por la superficie el queso emmental y el grana padano. Horneamos a 180ºC durante 20-25 minutos aproximadamente hasta que la superficie esté dorada y tenga una consistencia bastante firme. Servir templada o fría.
A disfrutar de este día soleado.
¡Feliz domingo! Bs.
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